Me encuentro ahora, en una pantalla con una tecnología diferente de la de hace un chingo de años, en un piso en el que, aunque he vivido hace un año, me parece novedoso, extraño, efímero y pasajero _es lo mismo. No me acuerdo hace cuánto visité este espacio, que ahora está rancio y casi caduco. Me da pena, vergüenza, pendiente... y otra vez  pena de nuevo... por que alguna vez le encontré el ladito, el gusto. Por que éste debería ser mi espacio de vomitar palabras de rabia, vulgares, sacrílegas y obscenapolíticamente incorrectas que me trago todos los días, ante mi convicción -que, según yo, asumo - de tratar de ser un agente intermedio ante una chingada realidad violenta, vulgar, injusta, grosera y cruel y lo que yo quisiera que fuera (muuuucha pausa). Ya me estaba animando a seguir golpeando el teclado, pero me entró un trancazo de humildad, porque me leí y me aguité, tons, voy por tabaco y seguramente no regresaré muy pronto.

Don-de-fluir
Y la cosa... fluye pero no sé en qué dirección. Después de una laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarguísima y superlativa pausa, me conmuevo del estado de abandono de este blog, que supondría ser una especie de diario personal SUPER FALLIDO. Las personas que me conocen me dicen, "escribe lo que hablas" pero a la hora de enfrentarte a tu "pagina" en blanco, a mí, me inhibe. Es tut mir laid. Muchas cosas han pasado desde la última entrada. Demasiadas, fuertes, castrantes... veremos cómo hacerle para fluir y emprender la catarsis. Me comprometo conmigo misma a evacuar mis licuados mentales en texto. A ver cómo le hago.



Amor y paz