01 diciembre, 2012

Me encuentro ahora, en una pantalla con una tecnología diferente de la de hace un chingo de años, en un piso en el que, aunque he vivido hace un año, me parece novedoso, extraño, efímero y pasajero _es lo mismo. No me acuerdo hace cuánto visité este espacio, que ahora está rancio y casi caduco. Me da pena, vergüenza, pendiente... y otra vez  pena de nuevo... por que alguna vez le encontré el ladito, el gusto. Por que éste debería ser mi espacio de vomitar palabras de rabia, vulgares, sacrílegas y obscenapolíticamente incorrectas que me trago todos los días, ante mi convicción -que, según yo, asumo - de tratar de ser un agente intermedio ante una chingada realidad violenta, vulgar, injusta, grosera y cruel y lo que yo quisiera que fuera (muuuucha pausa). Ya me estaba animando a seguir golpeando el teclado, pero me entró un trancazo de humildad, porque me leí y me aguité, tons, voy por tabaco y seguramente no regresaré muy pronto.